Virginia Linares: “No sólo debemos discutir la propiedad de la tierra, sino también su uso”

La media sanción del proyecto que limita la extranjerización de tierras permite poner en agenda pública la discusión relativa al uso de la tierra y al modelo de producción agraria que queremos para nuestro país.




Desde el interbloque FAP consideramos a la problemática de la concentración de la tierra como un tema central y urgente, y por ello hemos apoyado  en general el proyecto que tuvo media sanción en Diputados. Sin embargo, hemos realizado diferentes cuestionamientos al mismo. Por ejemplo; al tope máximo del 15% de las tierras posibles de ser compradas por extranjeros-nuestra propuesta establecía un máximo de 10%-. A esto debemos agregar que no existen cifras confiables ni catastro real, y en algunos casos ni siquiera se sabe quiénes son los reales propietarios, lo cual hace dudar de la aplicabilidad de la ley. Por ello proponemos que se debería suspender la venta de tierras, realizar un registro catastral exhaustivo, y después sí, poner en vigencia la ley, para evitar de esta forma la especulación en la compra y venta de tierras.
Asimismo planteamos que el proyecto es ambiguo cuando determina un máximo de 1.000 hectáreas en las zonas núcleo, las cuales no quedan definidas con claridad. El proyecto tampoco hace referencia alguna a aquellos reclamos que se vienen escuchando cada vez con más fuerza, como el freno a los desalojos  de pueblos originarios y campesinos, la reglamentación y efectivo cumplimiento de la Ley de Bosques que impida los desmontes, y la prohibición o establecimiento de distancias mínimas para las fumigaciones en zonas pobladas, todos temas que parecen no figurar en la agenda del gobierno.
Teniendo en cuenta el grave problema de degradación de suelos en la Argentina, consideramos que un paso lógico para proteger el capital natural de la Nación sería la sanción de una ley específica referida a la conservación y recuperación de la capacidad productiva de los suelos. Este objetivo puede lograrse a través de incentivos a las buenas prácticas agropecuarias, con un esquema gradual y con espíritu federal.
En tal sentido, hemos presentado en la Cámara de Diputados de la Nación una Ley de Suelos que consideramos complementario al proyecto de extranjerización de tierras que tiene media sanción. La  misma se basa en cinco puntos: ordenamiento ambiental del territorio con categorización según nivel de degradación, planes de conservación de suelo a nivel de cuenca, microcuenca y predio, fondos para incentivar las buenas prácticas agropecuarias vinculadas a la conservación del suelo, mecanismo de transferencia eficiente de recursos desde el Estado y proyectos pilotos regionales para puesta a punto de la propuesta.
El impacto de una ley de estas características se reflejará no sólo en consecuencias vitales de largo plazo para la sociedad, sino también en la reducción de enormes pérdidas económicas en el corto plazo que compensarán cómodamente los aportes requeridos para su ejecución.
Fuente: Actualidad Bahiense

Comparte este artículo en:

Más Noticias

Archivo