Nuevo año, los mismos problemas: tolerancia cero, más equipos y mayores controles?

Compartimos con todos nuestros lectores la nota realizada por el Diario La Nueva Provincia - sobre comienzos del año 2.009 - con el coordinador del Comité Técnico Ejecutivo municipal, Fernando Rey Saravia, en relación al conocido problema de la contaminación ambiental en Bahía Blanca.


"No estamos en contra de las empresas, pero deben operar con responsabilidad", sostiene el coordinador del organismo municipal, Fernando Rey Saravia, quien asegura que más vale corregir que sancionar.

"Tolerancia cero", repite Fernando Rey Saravia, de cara al flamante 2009, tras un intenso 2008 caracterizado por diversos escapes, paradas de plantas industriales, infracciones, clausuras, pujas por el poder fiscalizador y, encima, la presencia del buque regasificador "Excelsior", que operó en pleno Polo Petroquímico y tuvo en vilo a la comunidad whitense.

Respecto de los proyectos del Comité Técnico Ejecutivo (CTE), su coordinador dice que hay varios que ya no deben posponerse y anticipa que, para cuando termine este año, quiere contar con equipos más sofisticados, la ampliación del área geográfica de monitoreo y de los análisis, y mucha mayor capacitación.

--¿Cómo tomarán las empresas esa "tolerancia cero"?
--No se trata de ir en contra de ellas. Lo suyo es crecer, producir y dar trabajo sin dañar. Lo nuestro es mejorar y, cuando se salen de la norma, establecer la infracción estrictamente. Ya hemos tenido que advertir a algunas empresas que la comunidad está intranquila con sus procederes y que deben corregirlos.

--Las sanciones económicas, ¿son suficientes?
--Lo que más duele es la difusión, pero para el CTE no es un placer labrar el acta de infracción. Y esta, si no hay corrección del origen de la contaminación, de nada sirve. Por eso hemos pedido firmemente que, si perduraran esos problemas añejos, no se entreguen los certificados de aptitud ambiental. "Respecto de las violaciones relacionadas con sólidos, interviene el Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS); de los líquidos, es facultad de la Autoridad del Agua (ADA)".
--La ADA, ¿delegará la fiscalización tan reclamada desde Bahía Blanca?
--No. Tras muchas fricciones, se llegó a un acuerdo para trabajar más juntos en los controles, muestreos, análisis y logística. La novedad está en la posibilidad de elaborar anteproyectos de juzgamientos a los infractores. La Municipalidad dará recursos técnicos y legales.

Entre los objetivos, Rey Saravia habla de un sonómetro (sofisticado sensor de ruidos) que se ubicará en espacios de la vieja usina y cuyos datos serán transmitidos vía Internet a la guardia del CTE. También descuenta los aportes y entrenamientos que, desde abril, brindará la Agencia de Cooperación Internacional del Japón. Dice que, para los japoneses, está muy en claro que los humanos sólo tenemos un planeta.

La planta del CTE cuenta con 17 empleados temporarios, en su mayoría profesionales universitarios y técnicos.
--¿Cómo se llegará a esos equipos?
--Son costosos, pero pueden ser sustentados con la tasa Ambiental. Se nos critica, y con razón, que los equipos permanecen en puntos específicos y que no dominamos toda el área. Es cierto, la búsqueda no es completa, pero aun así estamos mejor.
--El aire de aquí, ¿está muy comprometido?
--Hay una actividad industrial y, sin ninguna duda, está más comprometido que en una zona residencial.
--¿Cuánto?
--Vamos abriendo un camino que nació del desconocimiento de la cuestión ambiental, y que nos lleva a una toma de conciencia actual y generalizada. No puedo decir que nos estamos enfermando por el aire.
--¿Por qué?
--No veo ningún indicador, elemento, estadística o certeza para poder afirmarlo.
--Más allá de lo racional, usted, ¿qué siente?
--Que tengo que ayudar a encontrar la respuesta. Los industriales no son absolutamente irresponsables, pero la población tiene sus desconfianzas. Las quejas vienen del corazón y necesitamos atender las sensaciones desde la racionalidad. No debemos actuar con sentimientos, sino con elementos tangibles.
--¿Y qué le indican?
--Que el ambiente debe ser cuidado porque, a medida que crece la actividad industrial, lo mismo pasa con la polución. Estamos mucho mejor que cualquier otro polo del país o de Sudamérica. Salvo excepciones, como Petrobras, nuestra industria emplea gas, que contamina menos que la nafta, tal como pasa en Campana o Dock Sud. Aquí está Profertil, una planta gigantesca que usa productos complejos, como el amoníaco, pero que, para su control, tiene tecnología de última generación. En cambio, en las industrias más chicas, el cuidado es menor.
--Los riesgos, ¿se acrecentaron el año pasado, con las paradas de planta?
--La parada es el momento de más riesgo en toda industria: se duplican las dotaciones del personal, se hacen muchas cosas y distintas de las habituales. Los problemas más serios suceden en esa etapa. Si surgen durante la operación, es porque vienen de antes. Dow, por ejemplo, desarmó completamente, por primera vez desde que las construyó, una de sus plantas más importantes. Y hubo pequeños incidentes, pero bien controlados.
--¿Qué cuestionó del arribo del "Excelsior"?
--Ante la crisis del gas en invierno, no se pensó en la comunidad whitense. El barco fue impuesto sin que mediara una preparación para la contingencia y operó en el lugar más comprometido del Polo Petroquímico. YPF no analizó las probabilidades de ocurrencia de eventos de altísima gravedad porque las consideró bajísimas.
--¿Por qué, personalmente, usted fue blanco de tantos enojos?
--Porque dije que la tecnología de la nave regasificadora es formidable y que su seguridad está por encima de la que puede tener cualquier planta en tierra. Las cuestiones operativas fueron resueltas en forma idónea y no hubo emergencias. Esto hirió algunas sensibilidades, pero me manifesté como un técnico y no como un político.

El protagonista
Fernando Rey Saravia nació, hace 52 años, en Bahía Blanca. Tiene raíces sevillanas y gallegas (su abuelo, nativo de Santiago de Compostela, fue cónsul español en nuestra ciudad). Es ingeniero químico graduado en la Universidad Nacional del Sur. Estuvo becado en Japón, trabajó en Oleaginosa Moreno, Petroquímica Bahía Blanca y por cuenta propia. En 2005, por concurso, recaló en el Comité Técnico Ejecutivo.

El estuario está cada vez más controlado
"No se debe afirmar que el estuario bahiense está absolutamente contaminado; sí corresponde decir que está cada vez más controlado", enfatiza Fernando Rey Saravia, mientras relee un artículo al respecto del diario capitalino "La Nación", publicado el último martes.

"Altos niveles de contaminación en el estuario de Bahía Blanca" es el título de la nota que aludió a la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH, por sus siglas en inglés), según los análisis del doctor Andrés Arias, becario posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO). También fue becario del CTE.

"El artículo tiene certezas que sabemos; por caso, que los niveles de contaminación son bajos y moderados, pero el título resultó mucho más dramático y, por lo tanto, impactante", señala Rey Saravia.

Para el coordinador del CTE municipal, la investigación de Arias es insuficiente, porque no establece el origen de dichos contaminantes, los que pueden ser múltiples; por caso, industriales, petroleros o naturales.

"Globalmente, cuando se evalúa un ecosistema, hay un montón de parámetros. Es cierto que hubo análisis que detectaron PAH y que alarman, pero hace un año que, con el IADO, planeamos un trabajo intenso y extenso. Incluso, se ampliaron los convenios y se están desarrollando nuevas técnicas que, en el corto plazo, permitirán certezas sobre el origen. Sólo así se podrá detener este problema".

Rey Saravia advierte que hay resultados que confirman la presencia de otros contaminantes en el estuario, tales como metales pesados, y que también se cumplen controles sobre las especies marinas, que son las primeras afectadas.

Respecto de los PAH, afirma que no se sabe cuánto tiempo hace que están en el estuario, porque no se los investigaba, puesto que sólo se cumplía un estudio general de contenidos de hidrocarburos totales con técnicas de relativa eficiencia.

"Entre el IADO, nosotros y otros organismos oficiales y privados, el estuario está más y mejor controlado, con análisis que se profundizan, aunque se necesitan espectros de muestreos más amplios", agregó.

Hasta octubre de 2008, se labraron 19 actas de infracción por el volcado de efluentes líquidos. Por esa razón, Rey Saravia asegura que se aceleró la frecuencia del muestreo.

Desde el CTE, se alerta que cada hora, como mínimo, al mar llegan 200 metros de cúbicos de efluentes líquidos que deben ser sistemáticamente controlados.

Es evidente que Rey Saravia sabe que se excedieron límites y que la comunidad se ha quejado, pero repite que él no puede actuar según el corazón. "Soy un técnico; admito que hay cosas que tenemos que mejorar y que nos falta hacer otras, pero hay quienes exageran y dicen que no hacemos nada. Estamos, insisto, mejor, en procura de crecer y ser cada vez más precisos".

Actas de infracción en 2008:

Faltas que debe juzgar el OPDS:
* Petrobras: 11.
* PBB Polisur: 7.
* Cargill: 7.
* Solvay Indupa: 5.
* TGS: 5.
* Central Piedra Buena: 3.
* Air Liquide Argentina: 2.
* Compañía Mega: 1.
Faltas por efluentes líquidos que debe juzgar la Autoridad del Agua:
* Solvay Indupa: 11.
* Cargill: 4.
* PBB Polisur: 2.
* Petrobras: 2.

Fuente: "La Nueva Provincia"

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