El municipio decidió esperar que se complete el eje semipeatonal Alsina-O'Higgins, entre las calles Dorrego y Saavedra, para evaluar su impacto real.
La comuna esperará hasta el año próximo para aplicar algunas de las varias correcciones pretende realizar al tránsito vehicular, la mayoría de las cuales apunta a dotarlo de mayor fluidez.
Si bien desde el municipio se había señalado que los cambios serían implementados antes de terminar el año, desde la secretaria de Planificación se informó que se postergarán hasta tanto se complete el eje semipeatonal O'Higgins-Alsina.
"Preferimos estudiar el impacto real que tendrá esa modificación de la estructura vial para analizar la totalidad de cambios a implementar", indicó Hugo Borelli, titular de esa secretaría.
La necesidad de reordenar el flujo vehicular fue calificada de "imprescindible" por el funcionario, para lo cual explicó que la comuna dispone de una "voluminosa documentación" preparada por técnicos del municipio en base a un estudio realizado por el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV).
Este centro privado dedicado al análisis del tránsito, transporte, educación y seguridad vial elaboró un programa de movilidad sostenible para Bahía Blanca, que incluye programas de educación, resolución de la conectividad y definición de una red de tránsito pesado, entre otros factores.
El relevamiento realizado determinó que existen "severas inconductas" por parte de los usuarios, una notoria "dispersión territorial" de los operadores de carga y una deficiente conectividad con el sector de las villas.
En cuanto al micro y macrocentro, el ISEV concluyó que las calles bahienses tienen "anchos suficientes" para atender la demanda vehicular, con conflictividad para el estacionamiento --sobre todo en los períodos pico-- y una mala coordinación del sistema de semáforos, responsable de generar congestiones.
Para Borelli, una de las calles cuyo comportamiento habrá que estudiar es Yrigoyen, asumiendo que absorberá parte del flujo vehicular de Alsina, así como la circulación alrededor de la plaza Rivadavia, a la cual comparó con "una gran rotonda".
Pese a todo, Borelli aseguró que "resolver técnicamente" el tráfico no resulta tan complejo como generar un "cambio cultural" en el comportamiento de los bahienses. Esta situación resulta verificable a través de las mil actas de infracción de cada semana realizan los agentes del Cuerpo Unico de Inspectores Municipales (CUIM).
Más autos.
De acuerdo con datos proporcionados por la comuna, en Bahía Blanca circulan unos 140.000 automóviles, a los cuales se suman 48 mil motocicletas. Esto la ubica entre las ciudades con mayor cantidad de vehículos del país, con un vehículo cada 1,60 personas.
El crecimiento vehicular local ha sido notoriamente más elevado que su aumento demográfico. En 1964, por caso, la ciudad tenía 150 mil habitantes y un auto cada 7,3 personas. Ese año la municipalidad registró 22 mil bicicletas y 8 mil motos. Más atrás en el tiempo, a fines de 1926, la ciudad contaba con 85 mil habitantes y un promedio de 1 automóvil cada 70 personas. Claro que la dotación vehicular total era completamente diferente, considerando que los 1.223 automóviles patentados eran superados por los 1.930 coches de tracción a sangre, por caso sulkys, jardineras, carros y americanas.
En números.
* 140.000 autos existen en la ciudad y 48 mil motos, esto hace a un vehículo cada 1,64 personas. En 1964 la relación era de uno cada 7,3 habitantes.
Fuente: La Nueva Provincia