Perfiles urbanos: las obras, en dibujos

La historia edilicia local se puede contar también a través de dibujos. Los que sirvieron para conocer obras emblemáticas que surgieron a la consideración mediante una gráfica que pretendía anticipar un hecho artístico singular: el arquitectónico. Una manera de contar la evolución y el progreso de la ciudad. Un testimonio en piedra que revela costados sociales, económicos, políticos, geográficos y artísticos de nuestra sociedad.


Los chalets de Villa Harding Green.
Fundada en 1907, Villa Harding Green fue creada por Ernesto Parral, con la idea de desarrollar una villa obrera con carácter de barrio parque, accesible a los trabajadores y en permanente contacto con la naturaleza. En el afán de impulsar la construcción es que aparecieron los primeros chalets de dos plantas, del tipo "adornado" --según la expresión de época--, pintorescos. El dibujo que acompaña este escrito es una de esas obras, diseñada por el ingeniero Domingo Pronsato, quien la presentó como "un chalet suizo" de fachada renacimiento italiano. Pretendía ser un modelo y marcar una tendencia edilicia. Se construyeron finalmente cuatro de estas obras, las cuales constituyen una singularidad del lugar.

Tiempo de rascacielos.
En 1954 el arquitecto Manuel Mayer Méndez dio a conocer el proyecto del rascacielos a erigir en el terreno delimitado por calles O'Higgins y Beltrán, entre Brown y Arribeños, "una de las manzanitas del mercado municipal". El emprendimiento era impulsado por la firma Taberner, con la participación de la empresa constructora Cabré. La obra se construyó en cuatro años y consolidó el gran cambio del perfil urbano de la ciudad. El edificio Taberner fue un éxito: impulsado por la moda de vivir en departamentos y la modernidad que representaba se convirtió en un referente. La obra --un clásico de esta tipología edilicia-- está inventariada como patrimonio arquitectónico de la ciudad.

El coliseo mayor.
En 1911 los arquitectos Jacques Dunant y Gastón Mallet dieron a conocer su proyecto del Teatro Municipal, contratado el trabajo por el intendente municipal Valentín Vergara. De líneas neobarrocas, con techo en mansarda y una cúpula ovalada levemente elevada mediante un tambor, el edificio era la respuesta concreta a un reclamo de todo el vecindario, el cual tampoco dudó en sumarse a la compra de bonos para permitir su financiamiento. De aquel proyecto original, algunas cuestiones se dejaron de lado. Por caso las cuatro estatuas que aparecen dibujadas en los pedestales del frente --sobre la escalinata de acceso-- y los mástiles colocados a cada lado del edificio. El teatro se inauguró el 9 de agosto de 1913.

El centro cívico.
En 1971 el arquitecto Mario Cantarelli desarrolló un proyecto para terminar el centro cívico, aprovechando la estructura de hormigón que la Universidad Nacional del Sur había construido entre 1966 y 1968. Entregada en comodato al municipio, la comuna decidió desarrollar un espacio para alojar dependencias públicas. El diseño de Cantarelli era por demás avanzado para su época, resuelto con un muro cortina de perfilería de aluminio y paños fijos y móviles. Aquel proyecto no pasó de los papeles y la estructura vería pasar 40 años hasta que finalmente, este año, comenzara su terminación. Reconvertida en la Torre Bicentenario, destinada a oficinas, fue resuelta con una estética similar a aquella de cuatro décadas atrás.

Perfil portuario.
El dibujo "a vuelo de pájaro" muestra al puerto bahiense en la primera década del siglo XX. Poco y nada queda de esta postal de neto perfil industrial, con una arquitectura utilitaria propia de la revolución industrial, una limpieza de diseño que no deja de conmover. El muelle de hierro T --desguazado en la década del '80-- que marcaba el punto de encuentro entre el ferrocarril y el mar, y los elevadores de chapa en su propio muelle (construidos en 1908, desarmados en 1978), una maravilla del diseño y la ingeniería. En el centro, atrás, la usina habilitada en 1903, en un rico edificio ladrillero de dos naves, hoy abandonado y en desuso. Sobre la playa férrea más ancha de Sudamérica, se advierte el conjunto de puentes La Niña, todavía en operatividad. Una postal de la ciudad nacida entre Océano y Pampa, con el cielo por límite azul.

Fuente: La Nueva Provincia
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