Importante intervención urbana en tierras ferroviarias

La comuna presentó su plan para la recuperación y utilización del espacio entre Juan Molina y Undiano, delimitado por los ejes Brickman-Malvinas y Chile-Sixto Laspiur. Los trabajos se realizarán por etapas. La idea es crear espacios recreativos, de uso comunitario y educativo, sin dejar de lado un sector con perfil comercial.


Ayer a la tarde se presentó ante los vecinos del barrio Noroeste el proyecto de intervención urbana a desarrollar en la franja que fuera propiedad del ferrocarril Bahía Blanca al Noroeste (BBNO), cedida por el Estado nacional en comodato al municipio, como parte vital de readecuación del anillo ferroviario que envuelve al macrocentro bahiense.
     
La intervención está organizada en tres etapas, abarcando el área delimitada por calles Juan Molina y Undiano, entre los ejes Brickman-Malvinas y Chile-Sixto Laspiur, con distintas propuestas según el sector a intervenir.
     
El arquitecto Marcelo Lenzi, coordinador del nuevo plan de ordenamiento urbano, explicó que cada superficie tendrá destinos diferentes, de acuerdo con sus características.
     
La primera parte del plan plantea la materialización de un espacio recreativo y de esparcimiento en el área comprendida entre calles Juan Molina y Rondeau. La segunda será entre Rondeau y Donado, mediante la conformación de un parque público con un equipamiento edilicio destinados a usos educacionales y grandes eventos.
     
La tercera etapa se refiere al sector ocupado por los galpones del ex Mercado Victoria, donde se planteará el trazado de una calle peatonal, entre Donado y Undiano, buscando traccionar el uso de los edificios con destinos comunitarios o comerciales.


Primero, la recreación 
La decisión de concretar un espacio recreativo en la primera etapa responde en gran medida a lo manifestado por los vecinos en reuniones mantenidas con los profesionales del municipio.
     
"El proyecto que se delineó es la respuesta a la demanda barrial para una zona que tiene un déficit en ese aspecto", señaló Lenzi.
     
Otra intervención --muy demandada por la gente-- será la demolición parcial de los paredones existentes sobre Malvinas y la generación de pasos peatonales entre esa calle y Sixto Laspiur.
     
"Presentamos una opción relacionada con la reforma integral de tránsito que venimos desarrollando en toda la ciudad", resumió Lenzi.
     
El proyecto plantea mantener el sentido de circulación vehicular de calle Sixto Laspiur pero modifica el de Malvinas, de manera de permitir el enlace entre ambas arterias mediante un recorrido casi de rotonda.


Cuánto y cuándo 
Si bien no se definió todavía el presupuesto que insumirá esta primera etapa --ni la fecha exacta de inicio de los trabajos--, el municipio considera que el mismo no será elevado, teniendo en cuenta que se concentrará en tareas de limpieza y retiro de las construcciones que pueden presentar riesgos para los usuarios.
     
También se irán desarrollando propuestas de uso comunitario de los galpones existentes, aprovechando los que estén en buenas condiciones, así como replanteando el destino de aquellos cuyas estructuras se encuentran en mal estado.
     
"Tenemos un proyecto interesante de cubrir los edificios muy dañados con algún tipo de cubierta, tipo membrana tensada, que genere un aspecto contemporáneo, en lugar de reconstruir las cabriadas y cubiertas. En ese caso quedarían `las ruinas' existentes para ser recorridas", dijo Lenzi.
     
El paredón de calle Malvinas se abrirá de manera parcial, generando accesos al público. Otros tramos del muro se mantendrán de apoyo a edificios destinados a servicios, como sanitarios o vestuarios.
     
La presentación de ayer pretende avanzar sobre las demandas vecinales, hasta establecer una intervención final consensuada por la comunidad.
     
"Es la manera de hacer sustentable esta obra. Estos emprendimientos públicos dependen en mucho del cuidado y del mantenimiento que le den los propios vecinos. Para eso deben sentirlo como propio", resumió Lenzi.


La ciudad de las 34 puertas 
La intervención a concretarse en el área delimitada por Juan Molina y Rondeau busca generar una especie de rotonda, con puntos de enlace en los pasos a nivel establecidos en esas calles.
     
La idea es armar una "cadena de rotondas", que se pretende desarrollar en coincidencia con la trama que conforma el ferrocarril y los arroyos.
     
Esa iniciativa tiene sus antecedentes en los estudios realizados en nuestra ciudad por la OEA en la década del '60 y retomados en los '70 por la arquitecta Odilia Suárez, integrante del equipo multidisciplinario contratado por el municipio para la elaboración del Código de Planeamiento Urbano.
     
La discusión fue retomada a fines de los '80 y debatida durante cuatro años por los colegios profesionales, entidades vecinales y universidades, hasta ser aprobada en 1993. Esa línea de pensamiento es la que sigue ahora el municipio en su proyecto de reordenamiento del tránsito.
     
La apertura de la avenida Cerri --entre San Luis y Montevideo-- y el llamado a licitación para enlazar la avenida Urquiza con la Estación Sud son los primeros pasos en ese sentido.
     
El arquitecto Luis Caporossi, permanentemente involucrado en el desarrollo de estos pensamientos urbanos, es partícipe del proyecto para el sector Noroeste.
     
"Siempre se entendió la presencia del ferrocarril como una barrera, una muralla, una imposibilidad. Ante esa visión se han planteado dos estrategias: la de meterse en el sistema vial, operando de manera longitudinal, o la de perforarlo, abriendo agujeros", explicó.
     
Considerando esas variantes, se optó por la segunda, de manera que el problema se reduce ahora a detectar los pasos existentes y conectarlos de manera adecuada.
     
El anillo que envuelve al macrocentro bahiense dispone de 34 puertas (pasos a nivel o puentes) distribuidas en todo su perímetro, lo cual significa un paso cada 500 metros, "algo absolutamente aceptable", según el profesional.
     
"Lo grave es que esas puertas no están conectadas interiormente. Por ejemplo, si uno quiere ir desde el puente de Casanova (sobre el arroyo Napostá) al cruce de vías de Lavalle, no tiene en claro cómo hacerlo. Esa es la situación a ordenar", graficó.
     
Tampoco resulta adecuada para la trama urbana la ubicación de los terrenos de particulares cuyos fondos dan a los arroyos o al ferrocarril.
     
"Esa es otra anormalidad, consecuencia de un mal planeamiento. Lo que se pretende ahora es armar una nueva lectura del anillo, con proyectos particularizados y aprovechando esos sectores para equipar la ciudad con edificios y parques", finalizó.

Fuente: La Nueva Provincia
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